martes, 30 de septiembre de 2014

CHISTE N° 55



TOMADO DE:http://www.taringa.net/posts/humor/17198220/Imagenes-Graciosas.html

PROBLEMAS PARA CONCURSO CON CLAVES

tomado DE:http://www.sociedadpuigadam.es/primavera/index1.php?ano=2003&fase=primera&activado=1&id_boton=103&menu=1&Submit=Enviar

Los chinos cuentan más rápido que los españoles

Se encuentran en un bar un inglés, un chino y un español. No, no es el principio de un chiste. Es un experimento para demostrar cuán influyente es una lengua en nuestra arquitectura mental y nuestras capacidades y costumbres.
Y también en nuestras habilidades con la asignatura de matemáticas.
Imaginad que le pedimos al chino y al inglés que lean en voz alta esta serie de números: 4, 8, 5, 3, 9, 7, 6. Y que luego aparten la vista y se pasen 20 segundos memorizando al secuencia antes de repetirla en voz alta otra vez.
El resultado es sorprendente. El angloparlante tendría el 50 % de probabilidades de recordar la secuencia perfectamente. Pero el chino se acercara al 100 %. La razón de ello es que el cerebro humano almacena dígitos en un lapso de memoria que dura unos 2 segundos.
Es decir, que es más fácil memorizar lo que podemos decir o leer dentro de dicho lapso de 2 segundos.
Como habréis deducido, el chino, a diferencia del inglés, permite encajar estos 7 números en 2 segundos.
Como refiere Sanislas Dehaene en su libro The Number Sense:
Los numerales de la lengua china son notablemente breves. La mayor parte de ellos pueden pronunciarse en menos de un cuarto de segundo. Por ejemplo: 4 es si; y 7, qi. Sus equivalentes ingleses (fourseven) son más largos: su pronunciación lleva aproximadamente un tercio de segundo. El hueco de memoria entre el inglés y el chino obedece a esta diferencia de longitud. En lenguas tan diversas como el galés, el árabe, el chino, el inglés y el hebreo, hay una correlación reproducible entre el tiempo necesario para pronunciar los números en una lengua dada y el lapso de memoria de sus hablantes. En este dominio, la palma a la eficacia se la lleva el dialecto cantonés del chino, cuya brevedad otorga a los residentes en Hong Kong un lapso de memoria de 10 dígitos aproximadamente.
Por si esto fuera poco, también hay una gran diferencia en cómo se construyen los numerales en las lenguas occidentales y las asiáticas. En español, por ejemplo, se dice: dieciséis, diecisiete, dieciocho… pero también se dice once, doce, trece… Es decir, no hay mucha lógica lingüística.
En China, Japón y Corea todo es más sencillo. Allí tienen una manera de contar más lógica. 11 esdieciuno. Doce, diecidós. 24 es dosdiecescuatro.
Esta diferencia significa que los niños asiáticos aprenden a contar mucho más rápido que los occidentales. Los niños chinos de cuatro años saben contar, por regla general, hasta cuarenta. Los niños estadounidenses de esa edad sólo saben contar hasta quince, y la mayoría no alcanza a contar cuarenta hasta cumplir cinco años. En otras palabras, a los cinco años, los niños estadounidenses ya se han rezagado un año respecto de los asiáticos en la más fundamental de las habilidades matemáticas.
Estas estructuras lingüísticas provocan que el sistema asiático sea más transparente, lo que determina una actitud distinta hacia las matemáticas: en vez de ser una materia que sólo se puede estudiar de memoria, presenta un modelo inteligible y, por tanto, más fácil de afrontar:
La regularidad de su sistema numeral también significa que los niños asiáticos pueden realizar operaciones básicas, como la suma, con mucha más facilidad. Si uno pide a una niña hispanohablante de siete años que sume mentalmente treinta y siete más veintidós, tendrá que convertir las palabras a números (37 + 22) antes de efectuar la operación: 2 + 7 = 9; y 30 + 20 = 50, lo que hace un total de 59. Pero si uno pide a un niño asiático que sume tresdiecesiete y dosdiecesdós, éste no necesita visualizar nada: ya tiene delante la ecuación necesaria, encajada en la oración. No necesita ninguna traducción a cifras para calcular que tresdiecesiete más dosciedesdós es igual a cincodiecesnueve.
Así no es extraño observar, sumándole otras ventajas que ya comentamos en otro artículo, que los estudiantes de China, Corea del Sur y Japón (y los hijos de inmigrantes recientes que proceden de aquellos países) hayan superado considerablemente a sus colegas occidentales en matemáticas.
TOMADO DE:http://www.xatakaciencia.com/matematicas/los-chinos-cuentan-mas-rapido-que-los-espanoles

Los adoradores del número 12

Para muchos, a lo largo de la historia, el número más importante ha sido el 12. Incluso por encima del 10. Hasta existen organizaciones formadas para proteger el 12. Pero ¿qué tiene el número 12 de especial en una sociedad construida alrededor de la base 10? ¿Duodecimal o decimal?
El 12 ha estado ligado durante miles de años a la medición del tiempo. Relojes y calendarios se organizan en base 12. 12 meses. 24 horas. División de la hora en 5 × 12 minutos. Y del minuto en 5 × 12 segundos. La graduación usual de la circunferencia es también 360º = 12 × 30º.
A pesar de que el sistema de numeración de base 10 no tardó en imponerse sobre el 12, lo cierto es que se conservó en algunas áreas, como en los pesos, longitudes o capacidades, porque el 12, a diferencia del 10, permite las operaciones de dividir por mitades o por terceras partes. Si una vara de medir se divide en 12 partes, quedan marcadas en la vara las fracciones ¼, ½, ¾, 1/3, 2/3.
Por esa razón, muchas personas han intentado proteger al 12 de diversas maneras. Platón, por ejemplo, era un ferviente admirador de este número. Y Herbert Spencer o H. G. Wells. O el escritor norteamericano F. Emerson Andrews, que fundó The Duodecimal Society el 5 de abril de 1944 con el propósito de
dirigir investigación y educación pública en la ciencia matemática, con especial dedicación al uso de la Base Doce de numeración, en matemáticas, pesos y medidas.
Incluso publicaban periódicamente el The Duodecimal Bulletin para difundir artículos que vindicaran el número 12. Algunos de los artículos defendían el retorno a la base 12:
Para escribir en base 10 los números precisan 10 dígitos 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, y para hacerlo en base 12 se precisan 12, es decir, añadir dos más. Se debe a Andrews la propuesta de usar como dígitos de la base 12: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, X, E. Como buen hombre de letras, a Mr. Andrews le fascinó su descubrimiento de cómo escribir y operar números en base 12.
Actualmente también existen sociedades de preservación y revitalización del 12. La The Dozenal Society of America, o su homóloga europea The Dozenal Society of Great Britain, fundada en 1959 por Brian Bishop.
En 1943, Velizar Godjevatz propuso una nueva notación musical duocedimal; una idea que incluso fue apoyada por George Bernard Shaw. Su argumento era:
en un piano, por ejemplo, la sorprendentemente llamada octava tiene doce, no ocho tonos, producidos por siete teclas blancas y cinco teclas negras.
El 12 continúa teniendo bastante vigencia en pulgadas y millas, además de las horas, y también en muchos productos que se venden o embalan por docenas o medias docenas.
Basta recordar que durante siglos fueron vigentes las medidas de longitud: 1 vara = 3 pies = 4 palmos, 1 pie = 12 pulgadas = 16 dedos; 1 palmo = 12 dedos; 1 pulgada = 12 líneas; 1 línea = 12 puntos (…) También en superficies aparecen porciones duodecimales (1 fanega = 2 almudes = 12 celemines) y en medidas de capacidad de áridos (1 cahíz = 12 fanegas, 1 fanega = 12 celemines). Y no podemos dejar de recordar la docena de fraile que tenía dos valores: 11 cuando se trataba de pagar y 13 cuando se trataba de cobrar.

TOMADO DE:http://www.xatakaciencia.com/matematicas/los-adoradores-del-numero-12

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